Peluso: tradición panadera

Desde 1961, Panaderia Peluso brinda sus productos que salen de su cuadra, en el local de Ruta 11 y 97. Panes, facturas, budines, bizcochos, tortas… y ahora, hasta pastas de elaboración propia. Quien hoy lleva las riendas de esta empresa familiar emblemática de la zona es Nazareno, quien a sus 26 años y habiendo aprendido todo sobre el oficio, tiene aún nuevos sueños para el emprendimiento al que dieron vida sus abuelos.

Peluso, una panadería tradicional de La Plata que cuenta con un equipo que trabaja desde muy temprano para llevar los panificados y las piezas de facturería más ricas a los hogares. En su imponente esquina encontramos variedad de panes, facturas, masitas, tortas, alfajores, fideos, ravioles. Siempre con una cuidadosa selección de materia prima y el buen trato del producto.

“Me gusta que la gente encuentre todo lo que necesite acá en la panadería, no sólo el pan, sino todo tipo de productos, tanto dulces como salados”, dice el joven panadero.

El es parte de la tercera generación de la familia que está a cargo del local que fue fundado el 18 de abril de 1961. “Cuando mi bisabuelo llega de Italia en la década del ’30 instala su panadería en 5 y 71. Él ya era panadero, y le transmitió todo su saber a mi abuelo”, cuenta Nazareno. “En esa época repartían el pan en carro traccionado por caballos en toda la zona de ruta 11 hasta Bartolomé Bavio. Y en 1961, mi abuelo abre junto a su hermano y otros socios este local, que desde entonces permanece abierto”.

62 años después, el nieto de Salvador (“Pocho”), repasa la historia de Peluso, la panadería más antigua de la zona y como tal un comercio ícono para el sector. Porque siempre estuvo en manos de la familia Peluso.

«Naza» se crio en esa esquina de Ruta 11 y 97, que era además la casa de sus abuelos. «Me encantaba venir a visitarlos y ponerme a observar cómo los panaderos hacían el pan, o jugar entre las bolsas de harina», recuerda.

«Mi abuelo murió cuando yo tenía 10 años. Él dejó la enseñanza del trabajo, la responsabilidad, de hacer las cosas a conciencia. Mi abuelo era el primero en entrar a la panadería y el último en salir. Me acuerdo que siempre me preguntaba qué quería ser cuando sea grande, como si él sintiera que algún día iba a estar en este lugar», comenta.

«Desde que mi abuelo murió fueron años bastante complicados. Desde adolescente sentí una responsabilidad muy grande respecto al legado, a tratar de hacer las cosas bien, a ser honesto.. y también sentía una responsabilidad por el personal también, ya que había un par de empleados que habían dejado su vida por la pana; y sentía que tenía que dar todo de mí, por ellos también porque creo que hay que ser agradecido con las personas. Con los años se fue profundizando y encontré toda una pasión por la harina, por las recetas… Me gusta profundamente lo que hago; me encanta innovar y el sentir que la gente pide más de nosotros siempre, para ver con qué los sorprendemos», dice entusiasmado.

«Mi papa fue de las personas de las que más aprendí en la vida, tanto de las cosas que hacía bien, como de las que hacía mal. Creo que aprendí mucho a observar el comportamiento de las personas, y a partir de eso tomar decisiones para mejorar las cosas. Papá me enseñó sobre la responsabilidad, sobre el despertarse todos los días y venir a trabajar y poner la mejor cara para que las cosas salgan bien, a pesar de los problemas que vayan surgiendo en lo cotidiano».

Nazareno está al frente de «Panaderia Peluso» desde hace cinco años. «Hpy en dia es un comercio completamente diferente a lo que era en ese entonces. Pasamos de hacer unas 20 variedades de productos a hacer casi 300. Por suerte el público nos acompaña y se multiplica día a día, siempre de la mano de la calidad».

«Mis papás (Jorge y Sandra) siguen ayudando en el local. Y trabajo con Jose que es mi socio y mi mejor amigo desde que somos chicos. Juntos empezamos desde el primer día de gestión y nos llevamos muy bien, eso nos ayudó a crecer mucho. Mi hermana también trabajaba en la pana, pero ahora tiene su propia fábrica de helado al lado», cuenta,

«Juntos, mejoramos la calidad de casi todas las recetas y seguimos en la línea de panadería y pastelería tradicional con los clásicos productos argentinos. El pan malteado que elaboramos desde hace años, las facturas.. pero a la vez innovamos. Ahora las medialunas las hacemos 100 por ciento manteca y comenzamos a elaborar pastas. Estamos constantemente capacitándonos y agregando nuevos productos. Creo que sin este hermoso equipo de trabajo no seríamos lo mismo. En la pana tenemos personas sumamente comprometidas con el proyecto, personas que brindan lo mejor día a día; y estoy muy agradecido de eso», sostiene Nazareno.

En Peluso el pan se cocina en el antiguo horno del siglo pasado, ese que sacó los primeros panes en abril de 1961. De allí también salen las facturas de masa salada como los vigilantes, medialunas o sacramentos. «Es mucho más rico el pan cocinado en el horno tradicional, más crocante. Antiguamente se cocinaba todo el pan a la madrugada, pero hoy cocinamos durante todo el día en varias horneadas, para tratar de tener siempre pan caliente. Creemos que el aroma a pan caliente que sale de ese horno es inigualable y lo vamos a seguir usando», asegura.

Nazareno sigue cumpliendo sueños: «en un par de semanas vamos a comenzar las obras para remodelar y agrandar nuestro salón de ventas. Ya nos queda muy chico ante toda la variedad de productos que ofrecemos. También estamos comenzando a elaborar pastas, con materia prima de primera y sin conservantes».

Esto recién empieza. Con sus jóvenes 26, Nazareno impulsa a «la pana» a seguir creciendo. Y trabaja para ello día a día.

 

+ Info:
Panaderia Peluso abre todos los días de 7 a 20.
Donde: Ruta 11 y 97, La Plata.
Ig: @peluso_panaderia

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