Nacho Curto Laurus

Nacho Curto, un birrero mundial

Nacho Curto, cofundador de la pyme local Laurus, fue jurado de la World Beer Cup en los Estados Unidos, una de las competencias más grandes y prestigiosas de cervezas artesanales del mundo. 

Nacho Curto Laurus
Muchos lo tienen agendado como «Nacho Laurus». De hecho, en su Instagram personal él mismo utiliza ese usuario. Pero en realidad es Ignacio Jose Curto Sillamoni (40), un ingeniero aeronáutico recibido en la UNLP -en donde es docente- que aterrizó hace más de 10 años en el mundo de la cerveza artesanal y quedó atrapado por completo. Tanto es asi que casi toda su familia está involucrada en el proyecto, que hoy en día incluye una fábrica y un tap room en la zona de Plaza Malvinas, cercano a donde él nació y se crió.
`Laurus y todo lo que hago no sería posible sin el apoyo de toda mi familia, Ana Laura mi compañera con quien compartimos la vids hace 20 años, Uli y Beltran nuestros hijos. Mis padres y mis hermanos que siempre me apoyaron en todo. Y mis socios: Marco, Isaías y Franco claramente. El corazón de Laurus, pero también Fran, Juanma, Ale, Octa, Pablo, Dante, Ulises, Jano, Nico y toda la familia Laurus», así se presentó este ingeniero convertido en productor y jurado de cervezas locales y de Latinoamérica.
Es confundador y responsable de producción la cervecería Laurus desde 2013 y cofundador del Laurus Sour Club desde 2019. Ha sido juez director de la Copa Austral, Copa 3 Ciudades, Copa Cuyana, Concurso Latino de Cervezas Cupuladas y Etapa Nacional Copa Cervezas de América y juez en competencias en Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Panamá, Costa Rica. Además, es directivo de la Cámara de Cervecerías Artesanales de Argentina.
Cuerto, en diálogo con TUCO, compartió su experiencia como juez de la World Beer Cup realizada a principios de mayo en Nashville, Estados Unidos.
¿Qué hace un Laurus en la World Beer Cup? ¿En qué otras competencias internacionales y nacionales te ha tocado participar en este rol? 

Vine por primera vez en 2018, a conocer el concurso, pero sobre todo a la CBC -Craft Brewer Conference- que es el congreso y la verdad que me gusto mucho la dinámica. Para entrar te tienen que recomendar tres personas que ya sean jueces o juezas con experiencia de tiempo. Me puse a trabajar un poco en eso, con gente que conocí en otros concursos, que me tocó compartir experiencias. Por ejemplo, Copa de Rojo de México, Copa Mitad del Mundo en Ecuador, Copa Cervezas de América de Chile, en la cual también fui juez director de la nacional en Argentina el año pasado. La Copa de Cerveza Por en Brasil; Copa Indi en Costa Rica y Panamá. Ese rodaje internacional más el organizar algunos concursos en nuestro país, como Copa Austral o la Copa Tres Ciudades me permitió conocer gente y que me recomendaran. Y así fue.

– ¿En qué consistió tu presencia allá? ¿Cómo fue el cronograma de actividades?

– La función de un juez o juezas en este concurso, como en cualquier otro, consistió en catar una cerveza, dar una devolución a quien la produjo, que tiene que ser escrita e incluir todos los parámetros analizados: visuales, de aromas, de sabor, sensación en boca e impresion general. Lo que se evalúa es la calidad del producto versus un estándar que es una guía; se hace de manera organoléptica y de manera conversada. Las mesas, en este caso, tuvieron hasta seis jueces y juezas. Luego de consensuar, se entregaron los premios por cada categoría, habitualmente medallas de oro, plata y bronce.
Respecto a las actividades, primero se realizó una semana de cata, en Louisville, Colorado, en el World House, la central de la asociación de cervecerías de Estados Unidos. Esos días fueron de 8 de la mañana a alrededor de las 4 ó 5 de la tarde y se cataron alrededor de unas 60/65 cervezas por dia, divididas en distintos vuelos. Normalmente tres a la mañana y tres a la tarde. Vuelos se le llama a los grupos de cervezas que están dentro de una misma categoría de premiación, por una similitud de familia. Después de esa semana de cata  tuve unos días libres en el medio, en los que viajé a San Francisco y participé de una colaboración con Old Factory, que es una cervecería nueva de un gran cervecero de Estados Unidos, que se llama Phil Emerson. Él es joven, la cerveza que vende proviene de una gran fábrica que se llama Albanas, también creación suya.  Hicimos una cerveza colaborativa internacional lo que para mí fue una gran alegría, porque además Phil es un amigo y hace rato que no lo veía.

Luego volví a Nashville, tres días antes del Congreso. Todo terminó con la ceremonia de premiación de la World Beer Cup.

– ¿Cómo y cuándo surgió tu pasión por la cerveza y cómo nació Laurus? 

Mi pasión por la cerveza nació hace varios años. En un principio desde el lado del consumidor. Tal vez con las primeras cervezas artesanales que me tocó probar en La Plata, con las primeras importadas independientes que he probado -algunas belgas, algunas de Estados Unidos- . Es una apertura del paladar que me atrapó bastante. Un dia allá por 2006, 2007, trabajando para un laboratorio de la universidad, ya recibido, un dia un amigo me dijo ‘hacemos unas cervezas para el asado de fin de ańo?” Y ahí aprendí a hacer cerveza con él, con Marcos, que ahora vive en Colombia. Ahí quedé bastante enganchado. Hicimos durante un tiempo y después dejé.  Más tarde, en 2012, con Marcos y otros de los Laurus viajamos por un Congreso de Ingeniería a Europa y tuvimos posibilidad de visitar algunas cervecerías y tomar y flashar un poco y dijimos: cuando volvemos nos podemos a hacer, para tener allí a mano todos estos estilos que tal vez en ese momento no se conseguían o se conseguían muy poco. Ahí retomamos las cocciones con la idea de tener un pequeño proyecto comercial, pero que el objetivo original era que se autosustentara y nos diera cerveza a nosotros. Nuestra ganancia iba a ser la cerveza que quisiéramos tomar y la que quisiéramos compartir. Bueno, eso devino en Laurus y en parte de este camino.

– ¿Qué es Laurus hoy para vos?

Laurus para mí es un proyecto que hoy en dia es mi forma de vida. Vivo de Laurus y también lo hace parte de mi familia, más allá de que Ana Laura, mi pareja, también trabaja. Es una pasión, un proyecto de emprendimiento que empezó desde muy abajo, que creció y que hoy en día emplea a cuatro personas, más otras dos en el top room, lo cual es una responsabilidad para con terceros. Es un equipo de trabajo, un trabajar entre amigos y con un grupo que hoy en día me llena de personas. También es la aventura de cómo llevar adelante una empresa en Argentina, que a veces es muy complicado pero que tiene su recompensa.

– ¿Qué tipo de cervezas están produciendo hoy en día?

Hoy estamos haciendo tres cervezas de línea: una Hoppy Pils -una lager un poco más lupulada- nuestra Ipa Yankee -que es una American IPA- y la Staut Imperial Ruso, que es una cerveza oscura. Después tenemos unas cervezas de fermentación mixta, que es el proyecto Laurus Sour Club, que ya hace cuatro años que hacemos cervezas ácidas en barrica; a veces con fruta, a veces sin fruta. Esas nos han traído una linda cantidad de premios y también tenemos  otras rotativas, como Pinky y Cerebro, que es una sour láctica, con mucha fruta y un color muy llamativo. Hacemos Session. Tenemos tres de líneas, otras rotativas y las rotativas del Sour Club.

– ¿Qué tipo de cervezas preferís vos personalmente?

Hay cervezas para cada momento, como decía el escritor cervecero inglés Michael Jackson, que comparte nombre con el cantante. Es un tipo que escribió varios libros, decía que no hay una cerveza ideal, sino que hay una para cada momento. Yo últimamente disfruto tomando Lagers, cervezas de baja fermentación en frío, con suelen ser las industriales en realidad, pero las que son independientes, artesanales, con mejor carácter a malta, con mejor carácter lupulado, no pasteurizadas, tipo Pilsen.

– ¿Cómo evalúas la movida de cerveza artesanal de nuestro país en general y de nuestra ciudad en particular? 

Argentina es un país que tiene una movida de cerveza artesanal muy importante. Junto con Brasil tal vez seamos los que más marcamos el rumbo y los que más volumen de cervezas independientes consumimos en Latinoamérica. Los últimos números, un poquito antes del Covid daban que Argentina tiene alrededor de un 3/3.5% de cerveza artesanal sobre el total que se consumen, cuando en la mayoría de los países de Latinoamerica no llegan al 1%. Todavía se está lejos del 11/12% que tiene Estados Unidos, pero la verdad es que está creciendo y mucho. Sobre todo, más que crecer en volumen, que también está ocurriendo, está creciendo mucho en calidad. En Argentina se toman cervezas de muy buena calidad. En Estados Unidos probé muchas, tanto en el concurso como en visitas a fábricas y si bien acá en promedio la calidad es mejor, porque hace 30 años que se hace lo que en nuestro país lleva 10 o 15. Argentina tiene excelentes exponentes. Los premios internacionales que se están logrando hablan mucho de eso.

La fábrica y tap room -bar de fábrica de Laurus- están en calle 18 entre 51 y 53. Allí, durante los fines de semana, el bar se activa con pop ups de emprendimientos gastronómicos, musiquita y buena cerveza. Un espacio de amigos, familiar, donde pasar un buen rato al lado de los tanques y barricas. Un espacio relajado pero prolijo y con cada detalle bien cuidado. Un espacio muy Laurus.
Nacho Curto Laurus
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