Dolce Far Niente

Mariana Ferretti y su Dolce Far Niente en el corazón de Tolosa

 Compartimos la historia de la creadora de esta pequeña pastelería situada en la esquina de 3 y 530 que abrió sus puertas en septiembre, y que rápidamente se convirtió en «la» novedad barrial. Otra talentosa platense formada en el exterior que retornó al pago chico para enriquecer la gastronomía local. 

Sonriente, detrás del mostrador, Mariana Ferretti recibe junto a Karen a todo visitante ocasional. Explica y ofrece detalles de cada una de las coloridas y vistosas propuestas que engalanan la heladera ubicada ni bien se cruza el umbral, así como las que reposan tentadoras en pequeños canastos y exhibidoras.

Dolce Far Niente es su rincón, un espacio cuidado donde busca mostrar su expertise adquirido tras varias temporadas en Italia, España e Inglaterra, enclavado en el barrio de su infancia, que es además donde reside actualmente.

Con la herencia italiana familiar a flor de piel y sus mesas abundantes donde la comida juega un rol trascendental, desde pequeña colaboró en los quehaceres de las juntadas y festividades. A los 20 años el destino jugó las cartas e interpuso en su camino la posibilidad de acceder a una beca en Italia -vía la Escuela de calle 55- para trabajar en hotelería.

«Me entrevistaron por ICQ en italiano, que lo sé por mi nonna pero jamás estudié, y al tener la doble ciudadanía, que era un requisito, quedé. No tenía nada de experiencia y comencé en un hotel 3 estrellas en Pinarella Di Cervia, en la Emilia Romagna, sobre la playa. Primero como moza, luego en cocina, ayudaba a la dueña que era una señora mayor que además hacía los postres. Eso fue un quiebre, fueron 4 meses de temporada de verano inolvidables«, explica.

Retornó a Argentina, dejó la carrera de Trabajo Social y se metió de lleno en el IAG. Mientras estudiaba daba sus primeros pasos en un ya desaparecido resto bar familiar, Código Bar (57 entre 13 y 14), a pura vianda cautiva para el Ministerio de Educación. Poco tiempo después ingresó en la cocina del Four Seasons de Buenos Aires, donde permaneció tres años.

En el 2007 llegó la posibilidad de conocer la Costa Brava catalana, a través de una bolsa de trabajo del IAG. Partió junto a su compañera de estudios Lorena Villarino (actualmente a cargo del emprendimiento Masa Filo, en Vicente López), y se desempeñó en un restorán de playa de la exclusiva localidad de Llafranc. Luego partieron a Canarias y finalmente retornó al país.

«De febrero a mayo me quedé para hacer de nuevo temporada de verano en Europa. Allí surgió Italia de nuevo, a Sirmione Di Garda , pero esta vez con más experiencia, bagaje. Fue muy especial porque volver al país donde comencé, con un vínculo familiar fuerte, ya que ellos provienen de la Lombardía y tengo hermanos todavía allá«, recuerda.

Y un día llegó la pastelería

En su recorrido errante, Ferretti no se había dedicado de lleno a la pastelería. Siempre en la cocina general, con cierta fascinación y colaboraciones precisas en postres, sobre todo. Pero llegó otro momento crucial en su carrera: Londres.

«Recorrí la ciudad llevando mi currículum por todos lados pero así nomás, con un inglés muy básico. Estaba decidida a probar suerte como pastelera a pesar de no tener experiencia formal. Fui al Lombard 1, un lugar que está en la city extraordinario que luchaba por una estrella Michelin en este entonces (2009). La recepcionista miró mi currículum, me dijo que me entrevistaba en ese preciso instante, puso el traductor de Google y lo hizo. Empecé al otro día de pastelera«, rememora.

Las jornadas eran extenuantes, con 14/15 horas de duración, con un régimen laboral y también cultural muy diferente a los de los países donde había residido. Fue casi un año de una exigencia al límite desde lo mental y lo físico, pero de enorme e incalculable aprendizaje.

Ya en la senda pastelera partió hacia Barcelona, donde durante más de dos años y medio trabajó en el restó de Carles Abellán, uno de los discípulos de Ferrán Adrià. «Era un lugar impresionante que estaba en el hotel W, aunque no pertenecía al lugar. También se peleaba por la estrella por lo que se trabaja con mucha intensidad. Junto al equipo llegamos cuando todavía era una proyecto, desembalamos las ollas, por ejemplo. Era la encargada de desayunos, hacíamos frutas cru (al vacío), de todo. De noche sacaba postres«, repasa.

En la Ciudad Condal comenzó a idear un proyecto personal chico, donde pudiera manejar la mayoría de las variables. Solía pasar por la vereda de Lolita Bakery, un local fundado por un par de chicas argentinas, con las que solía conversar. Un día de tantos, les dejó sus antecedentes porque quería trabajar en el lugar. «Cuando me escucharon dijeron `¿vas a venir a hacer cupcakes acá?´. Y bueno, sumé otra experiencia completamente distinta«.

La vuelta

En 2013 Ferretti aterrizó en Ezeiza con planes que se estiraron en el tiempo. Mucho trabajo autogestivo en pastelería, eventos, caterings, y la chance de estar al frente de un salón de eventos, Souka de 14 entre 57 y 58, que finalmente cerró sus puertas en pandemia.

El cambio abrupto de escenario dio a luz a Dolce Far Niente, en tanto emprendimiento de dulces a domicilio, con cajas especiales surtidas que comercializaba los fines de semana. «Por suerte vendí un montón, no daba a basto. Y una cosa trajo a otra, el proyecto pudo tomar forma física digamos cuando quedó vacante este local, en mayo último. Hablé con la inmobiliaria y me lo reservaron. Vivo a un par de cuadras y era como un sueño montar Dolce acá«.

«Estoy feliz, ofrezco lo que quiero. Trabajo con productos frescos, de estación. Las producciones no son grandes, no tienen ningún tipo de aditivos ni premezcla. Todo es fresco. Las propuestas se publican los miércoles y cambian semanalmente, aunque hay muchas cosas que por aclamación continúan como la carrot cake, que tiene un éxito que jamás pensé que podía tener, los scones de queso, el alfajor tipo marplatense que es una bomba«, puntualiza.

Una digresión narrativa: al momento de la entrevista, un habitual cliente que pasaba por la vereda, se detuvo a saludar a la cocinera y al conocer el motivo de la visita de TUCO,  deslizó mientras seguía su camino que «acá hacen la mejor carrot cake que probé en mi vida y eso que viví unos cuantos años en Inglaterra«.

Ferretti ríe. «¿Viste lo que pasa con la carrot? Bueno, por suerte la aceptación en general en el barrio es así. La idea es que te puedas llevar una porción de lo que quieras, aproximadamente tienen entre 10 o 12 centímetros, para que te armes la mesa dulce en casa. En estos momentos ofrezco una torta de nuez y almendras, con una base super húmeda con ralladura y jugo de limón, pastelera con frutillas por arriba, que está deliciosa. También hay pavlovas con crema diplomata y frutas que se hacen el momento, por destacar otro producto«.

Desde noviembre por pedido de los clientes incorporó unas mesas, cafetería y licuados con las frutas del día. Abre sus puertas desde las 17 -horario de verano- salvo los sábados que realiza doble turno (9 a 13 y 17 a 20.30). «La repercusión es excelente, amplificó por mucho mi habitual clientela previa. La gente me suele comentar, `ay, que bueno que haya una propuesta así en nuestro barrio`. Y la verdad, es muy reconfortante«.

Dolce Far Niente

google.com, pub-1439567897735012, DIRECT, f08c47fec0942fa0
google.com, pub-1439567897735012, DIRECT, f08c47fec0942fa0
google.com, pub-1439567897735012, DIRECT, f08c47fec0942fa0
google.com, pub-1439567897735012, DIRECT, f08c47fec0942fa0
Verificado por MonsterInsights