La hora de los hipócratas: comida griega y crímenes a resolver

«-Hoy comeremos trufas de chocolate.
— ¿Por qué trufas y no baklavás?
— Porque los baklavás son para las abuelas y los abuelos como nosotros..»

El comisario Kostas acaba de convertirse en abuelo por vez primera, y la ocasión merece un festín junto a su esposa, consuegros y los flamantes padres. Claro, en medio de la alegría por el nacimiento del pequeño Lambros, un coche bomba acaba de explotar en el centro de Atenas y se cobró la vida de un magnate de la hotelería. Así comienza el nuevo policial firmado por Petros Márkaris, autor nacido en Estambul pero que desarrollò toda su carrera literaria en Grecia, a sus 83 años de vida. Una historia que tendrá otros asesinatos, pero mucho momentos culinarios en mesas bien provistas y mejor regadas.

«¿Cuántas veces he de decírtelo? En mi casa no se sirven suvlakis. No tardo nada en
preparar unos espaguetis. Y hay brócoli para una ensalada…»Es uno de los tantos momentos en que los protagonistas de la historia se reúnen para alimentarse. En cantinas, en fondas, y en sus propias casas.

Más adelante volveremos acerca de los mencionados Baklavás y Suvlakis. Pero permitanme contarles que la novela se detiene con especial atención en estos detalles, mientras afuera hay un grupo terrorista llamado Ejército Nacional de Idiotas, perpretando atentados contra todos aquellos que llevaron a Grecia a su peor crisis económica, multiplicando la desocupación, llevando al País a ser auxiliado por el FMI, y dejando un tendal de gente cercana a los 50 años sin posibilidades de volver a tener un empleo.

En medio de frenéticas jornadas, el Comisario Kostas arranca sus movimientos desayunando un café con un croisant, y recien ahi comienza a trabajar. Las comidas son generalmente por las noches, y es habitual que vayan todos a una Cantina a comer guisos, carne, y boquerones al horno. Algunos prefieren calabacines fritos con salsa tzatziki (esa especie de crema fría que se sirve normalmente como aperitivo o entrante, y que sus ingredientes más característicos son el pepino y el yogur.) En otras ocasiones, la familia del Comisario pide hamburguesas a la brasa, guiso de berenjenas, o cordero al horno con patatas.

En otro momento de la historia, y mientras el Ejército Nacional de Idiotas asesta un nuevo golpe terrorista, un momento celebratorio los encuentra a todos comiendo en la casa de una familia amiga. Entre los platos que se sirven hay caballa ahumada, sardinas y trucha también ahumada.

La presencia de platos hondos indica que los comensales tomarán algún tipo de sopa. Pero también alguien se acerca con una cacerola en las manos y empieza a servir potaje de judías (esa especie de guiso de alubias y patatas con chorizo). E incluso algunos se sirven deliciosos tomates rellenos (acá no hay mayores precisiones por parte del autor, pero imaginamos que pueden ser similares a los que en los hogares argentinos elegimos para Navidad).  Y a la hora del postre, tarta de mermelada.

Y también hay algunos párrafos en los que se habla de bebidas… Vean, si no:
» Uli se acerca con una botella llena de un líquido blanco, parecido al ouzo.
— ¿Qué es esto? — pregunta Zisis.
— Grappa — responde Uli —. Es una bebida italiana parecida al tsípuro, aunque los italianos la toman así… »

Como internet todo lo provee, buscamos y aprendemos que el Ouzo es un licor anisado de origen griego con fuerte sabor dulce y olor a regaliz, y que se hace con  uvas maduradas y anís. En cuanto al tsípuro,  es una bebida alcohólica griega de aguardiente de orujo, tradicional de la región griega de Macedonia. ( Una vez mas, gracias Google !! )
» — Tenía espinacas en el congelador y he pensado hacer espinacas con arroz.
-hmm Quisiera comer suvlakis…»

Les había prometido volver sobre esta comida con un nombre tan hermoso, y ha llegado el momento de hacerlo. El souvlaki es un plato popular consistente en pequeñas piezas de carne intercaladas con verduras y aderezos. Se come con las manos, dentro de un pan de pita (plano, blando, levemente fermentado) o con el pincho sobre un plato con patatas fritas o Pilaf (modo tradicional de cocinar el arroz, con hortalizas, carne de borrego o res, pollo o a veces pescado, y con condimentos picantes. Se consume habitualmente acompañado de té). Se suele utilizar carne de cordero, de cerdo, vacuna o de pollo, y se suele marinar con limón, vino y menta (según una receta que encontré en un apartado de comida Mediterránea).

Obviamente que no les diré por nada del mundo si el Comisario Kostas resuelve los crímenes y pone a sus autores en la cárcel, porque no hay nada peor que contar el final de una novela negra. Pero me voy a permitir referirles, a modo de cierre de esta columna, que en sus páginas encontré la palabra más extraña y con más cantidad de letras en mucho tiempo: Veterocalendaristas.  (se las dejo para que busquen su significado)

Hasta la próxima!!

       

 

Alejandro Bidart

Periodista y citybellense por adopción.

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