¿En qué anda?…Manacha Di Lorenzo

¿En qué anda?…Manacha Di Lorenzo

El chef berissense decidió vender sus locales y recaló en 2024 en Panamá. ¿Vuelve a cocinar en la región?

francis rasenna

Sebastián «Manacha» Di Lorenzo se encuenta en Panamá desde hace más de una temporada, desempeñándose en el restorán italiano, Francis Rasenna. Pero la distancia tira, a pesar de su  auspicioso presente en el país centroamericano.

«En los próximos meses le voy a dar forma a algo muy lindo que estoy desarrollando, idealmente para City Bell. Ya mandé la vajilla, cubiertos…Espero llegar para junio o julio, estoy con muchas ganas», asegura el cocinero.

Sería, en este caso, su primer restorán de autoría en la región, más allá de sus participaciones en Sa Cuina (fundada junto a Toto Castaño) y los Manacha Cocina de barrio Norte y Berisso. ¿La propuesta? Mucha inspiración mediterránea, atmósfera marina y sabores bien definidos.

 

Cocinando en Panamá

«Me pasa lo de siempre, ja. Me cansé de todo. Cuando me sucede necesito cambiar de aire. Así lo hice tanto en La Plata como cuando viví en Europa», relató Di Lorenzo, en una entrevista realizada el año pasado por este medio.

Junto a su compañera, Soledad, decidieron viajar sin un itinerario definido estrictamente, apenas con algunas líneas esbozadas en los mapas. Una vez que cerró los locales de «Manacha Cocina» de La Plata y Berisso, comenzó a compartir cenas en el campo de su familia en Los Talas, en Berisso. En ese interín, recibió una llamada de Maxi Loschiavo, su amigo y chef de Massey Familia, para comentarle que uno de sus proyectos laborales -concretamente el Francis Rasenna panameño- precisaba un chef ejecutivo en carácter de urgencia. «De jueves a lunes estaba viajando. La idea era quedarme 15 días y acá estoy», señala.

Recalaron en la ciudad capital, Panamá, «muy cosmopolita pero chica, tranquila y segura; más allá del laburo, aprovecho para viajar y conocer todo el país, tiene unas playas paradisíacas, es un país chiquito que podés recorrer en una semana. Un día te vas de una punta a la otra en auto como si nada, imaginate que estoy cruzando el Pacífico al Atlántico en 60 kilómetros».