Ristoff: el nuevo restó de City Bell

 

El nuevo restaurante Ristoff de City Bell nació de la unión de un grupo de personas apasionadas por la buena cocina y un chef de larga trayectoria en los fuegos locales. La amistad y cenas compartidas a través de muchos años los hicieron soñar con este proyecto que tomó forma en el verano, en una pintoresca casona del centro, en 14a entre Cantilo y 473 bis.

Ristoff es cocina y también una gran barra.

LA COCINA

La cocina dirigida por Sebastián Aldecoa busca conquistar al comensal evocando sabores de las mesas familiares de antaño. Este chef, que pasó por las cacerolas del recordadísimo Perro Verde y de Rincón Bell, es conocido como “el señor Pasta” por muchos citibelenses que iban a disfrutar de sus platos o le compraban pastas en forma semanal. Para todos, una gran noticia: las pastas de Seba ahora se pueden disfrutar en Ristoff en forma de sorrentinos de brócoli a la putanesca o de  agnolottis de salmón curado con salsa de ostra, entre otras.

La carta de verano –y que siempre los acompañará porque forma parte del concepto del restó- tiene a los tapeos como protagonistas. Se pueden elegir de a una cazuela o en tablas, para compartir de un conjunto de tapas. Cada una es una experiencia en sí misma: unas pechuguitas al puerro y almendras; otra con lomo en sopa de tomates secos; otra cerdo al curry –ahh no saben cómo huele a curry este espacio; una delicia- o las mini bruschettas con crema de apio con queso azul y nueces, por citar algunos ejemplos.

El tapeo de mar sí que merece un párrafo aparte, porque a las clásicas rabas, las acompañan langostinos con salsa teriyaki, croquetas de camarones y sésamo, buñuelos de salmón, mejillones especiados, calamares a la provenzal, zarzuela, langostinos apanados con salsa de palmitos y bruschetta de salmón curado con salsa fresca de cítricos. ¡Una viaje de ida!

En otoño y a partir del cambio de horario de los últimos días, el menú incluye nuevos platos de carnes, pastas y risottos. El de panceta, hongos secos de pinos y jerez se lleva todos los aplausos.

¿Los postres? Claro que son iguales de tentadores que el restó del menú: encontramos desde una versión de tiramisú de crema moca, pasando por la crema catalana y una panacota de frutos rojos, además de la clásica mouse de chocolate.

 

LA BARRA

Al entrar a Ristoff, además de enamorarnos de la ambientación hermosa creada por la arquitecta Carolina Esnaola, y de ese techo del que cuelgan cientos de tejitas, nos vemos seducidos por la gran barra. Y la barra nos empieza a seducir a nosotros: porque la casa invita siempre un vermucito para entrar en clima.

El vermú es parte de la propuesta del lugar, solo o con quesitos y aceitunas. Como aperitivo antes de la cena o. por qué no, para un mimo al paso. Un vermú a elección con quesos especiados y aceitunas especiadas, cuestan 349 pesos y un vino en lata (de Santa Julia versión tintillo o rosé) con el mismo acompañamiento, cuesta la mismo. Alternativa sublime para reemplazar a una pinta con papas, a las que ya estamos taaan acostumbrados en esta ciudad y que Ristoff también las ofrece.

Las etiquetas de vinos de la cava están personalmente seleccionadas por uno de los dueños de casa, Ezequiel Petruzzi, un experto en tecnología, pero sobre todo amante de la buena mesa. “Mis mejores recuerdos, siempre, son los de la mesa familiar, llena de comida de todo tipo, en la que no tenías ni lugar para apoyar el vaso. Esos sabores, en mi caso de tradición española, donde las anchoítas y boquerones estaban siempre presentes, son los que tratamos de evocar con el chef en cada tapa, en cada plato”, dice, mientras abre un Clandestino malbec, reserva y muestra la gran selección de bodegas que forman parte de la carta.

En Ristoff también hay excelentes cocktails, cerveza tirada y el detalle del agua propia, filtrada en carbón, que llegan a la mesa en las botellas de Aqa.

PASIÓN

“Cuando pensamos en cada plato, queremos que tenga sabores que te lleven a otro lugar. En productos y combinaciones simples que te generen una emoción, una sensación, una experiencia”, dice Ezequiel, un comensal apasionado que quiso ponerse del otro lado del mostrador para transmitir vivencias desde una buena cocina y una linda barra.

En el barco junto a él, están su esposa Carla Tessicino y una socia que es parte de la familia. La familia ha influido también en el nombre del lugar, ya que la pequeña Bianca –hija de Ezequiel y Carla- quiso bautizar al restaurante con el nombre del chef de la película Ratatuille y se confundió, pensó que se llamaba Ristoff y aunque no era así, todos se enamoraron de esa ocurrencia.

En este viaje de sabores que propone la casa también están los panificados propios: focaccias, panes de manteca, especiados, con semillas, todos elaborados en la cocina que comanda Sebastián junto a Manuel Minassian.

El restaurante está abierto de martes a viernes de 18 a 23 y los sábados y domingos, de 10 a 23.

+ Info:

Instragram: @ristoff.ok

Reservas: Por whatsapp al 221 494-5100 / fijo: 472-0556

Dirección: 14a N° 254,  entre 473 y 473 bis.

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