Vermuteros de alma

Desde La Plata nace el vermú Rosa del Inca, con base de malbec, yerba mate como uno de sus botánicos y llevando el nombre de nuestra piedra nacional. Argentinidad al palo desde la ciudad de las diagonales. Sus creadores son Ignacio «El Taca» Gallardo y Tomás de Urraza.

Está comprobado que la cuarentena inspiró muy buenos proyectos. Hacer un alto, tener más tiempo para pensar y buscar una actividad placentera dio origen a productos y emprendimientos muy variados. El de Rosa del Inca es uno de esos ejemplos: una bartender platense, con su actividad en el bar suspendida, empezó a crear un vermú artesanal, con ingredientes nacionales y un nombre que también marca esa identidad. Junto a su compañero, diseñador visual, gestaron una bebida que ya cuenta con dos etiquetas y va por más: “¡hasta no estar en las barras de toda las provincias argentinas no vamos a parar!”, afirman.

Ignacio “El Taca” Gallardo es periodista y bartender profesional. Trabaja en Holbox. Tomás de Urraza es diseñador visual. Son el team creador de Rosa del Inca, vermú platense a base de vino malbec, con 11 botánicos –uno de ellos y predominante es la yerba mate-. Eligieron ese nombre porque Taca es coleccionista de piedras y la rodocrosita – su nombre científico- es la piedra nacional. La bebida nace en La Plata, pero está pensada y proyectada con espíritu federal.

“Durante la cuarentena tuve ganas de diseñar una bebida. Estuve investigando  y probé varias recetas, modificándoles algunas cosas: elegí un buen vino, malbec, que es la cepa argentina y entre los botánicos quise que estuviera la yerba mate. Fue un proceso largo de aprendizaje y pruebas, porque la maceración lleva 10 días y luego es una semana más de reposo para que se asienten los sabores. En esos tiempos de espera iba pensando en la identidad y junto a Nacho pudimos llegar a una que nos gusta mucho. Estamos muy contentos con el proceso y con el resultado”, cuenta Ignacio.

Rosa del Inca es un vermú muy amable, aromático, dulce y que se puede maridar con un montón de cosas, ya que su base es un muy buen malbec. Tiene como agregado un vodka de centeno, que  protege muy bien a los once botánicos y los realza. Se completa con un almíbar simple, que le aporta el dulzor.

“Si bien a mí me gustan las bebidas y las cosas amargas, mi experiencia en las barras me hace ver que hay mucha gente que prefiere las cosas dulces: el vino, los tragos, incluso las cervezas. Por eso creamos el Rosso, que es vermú para iniciarse en esta bebida, que si bien tiene una tradición antigua, hay mucha gente que no la conoce o no está familiarizada con ella. También hicimos el Rosé,  que fue una edición especial, con malbec rosado y tiene otros botánicos totalmente diferentes. Es  suave pero a la vez amargo, con cascarilla de cacao, tilo, té verde un poco de canela, piel de pomelo”, cuenta Taca, que ahora está trabajando en la tercera etiqueta del Inca,

UNA RONDA VERMÚ

El lanzamiento de Rosa del Inca fue el  1 de octubre pasado. Quienes lo pudieron probar se día se llevaron consigo también un poco de caña con ruda: “hay que honrar a la tierra”, dicen los creadores del vermú que hoy por hoy en La Plata se puede tomar en Fango.

El 11 de abril habrá un evento que organizan Nacho y Tomás junto a Destilería Platense, un nuevo gin made in La Plata, de los creadores de Cerveza Gonnet. Será desde las 20 en 44 entre 139 y 140.

“La idea es hacer un evento diferente, algo que tenga que ver con la coctelería clásica y reversionada. Van  a haber diferentes tragos: gin tonic, un collins reversionado , el combinado que es el Negroni y también vemú solo y vemú tonic”, detalla Nacho.

“Creo que en general a nivel país está sucediendo esto: que los propios productores se pongan como bandera expandir las etiquetas nacionales. Por suerte creo que está creciendo a nivel país la etiqueta nacional. Lo del vermú, particularmente creo que como en España, está creciendo la cultura vermutera, con mucha gente haciendo la bebida de la casa. Falta un poco que se instale en La Plata, pero creo que entre todos, uniéndonos, podemos crear un círculo de consumo en la ciudad, a partir de las dos etiquetas pioneras, que somos Interferencia y nosotros”, sueña Nacho, un apasionado sin límites que hace su variedad rosé con un vino de Catamarca, provincia en la que se encuentra el yacimiento de rodocrosita –Rosa del Inca- más grande del mundo.

“Nos escriben muchos gastronómicos que están interesados en probarlo y tenerlo en sus locales. Nosotros ahora estamos en Fango y esta semana vamos a café Belgrano, en Rosario. Queremos estar en lugares que le den importancia al producto. No pienso parar hasta que nuestro vermú se pueda tomar en todo el país: suena algo loco pero creo que con trabajo lo podemos hacer. Mi meta es poder llegar a cada provincia con Rosa del inca, un vermú inspirado en una bebida muy ancestral y muy  argentina”. ¡Salud!

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