Chapeaux y La Yapa surgieron durante la pandemia de la mano de Sergio Pardal y Héctor Monzón, profesionales independientes (médico y licenciado en Turismo respectivamente) que canalizaron su hobby en sendos emprendimientos comerciales de charcutería gourmet artesanal.
Ambos, en ese tiempo, casualmente (o no) se conocieron cuando realizaban un curso virtual dictado por el reconocido especialista Marcelo Benetti. Se mantienen en contacto, comparten experiencias e intercambian conocimientos. Hay mutuo reconocimiento por el trabajo del otro, tal vez una rareza en tiempos difíciles donde se exalta el individualismo.
TUCO dialogó con los responsables de las pymes locales destacadas en el arte de la conservación de alimentos cárnicos de manera artesana, manual, para conocer sus historias y qué tipo de productos elaboran.
Chapeaux
El nombre surgió de un juego de palabras. Sergio Pardal, en la adolescencia, vivió en Chivilcoy en tiempos donde El Chavo del Ocho era todo un suceso televisivo. Decidido a estudiar medicina, fue bautizado como Doctor Chapatín, uno de los personajes simbólitos del artista mexicano Chespirito, a modo de chanza. De allí se acortó el apodo a «Chapa», como suele conocerlo su entorno íntimo. Lo demás decantó por simple deformación.
«En la en la pandemia se despertó un bichito medio oculto que tenía adentro, de hacer algo pendiente o distinto. En lo particular he trabajado muchísimo en la pandemia como médico. Y repito lo del despertar porque hay algo en mi pasado, sobre todo por mi viejo, que era hermano e hijo de peones de campo,en Brandsen, donde recuerdo haber participado encarneada y en hacer factura de muy chico», relató Pardal.
Empezaron los cursos. Apareció Marcelo Benetti. Las rectas, las pruebas y el lanzamiento. «Hacemos todo. La mortadela, salchichas ahumadas al estilo alemán. Nos gusta ahumar lento con quebracho colorado, a una temperatura regulada siempre, por alrededor de los noventa grados; y un poquitito más baja también, entre sesenta y noventa, hacemos la panceta. Después hacemos productos frescos, una variedad de chorizos: clásicos, con verdeo, morrón, con queso provolone, con cuatro quesos, con y sin cebolla, con dátiles, aceitunas griegas, con lo que se te ocurra».
Dentro de las especialidades de Chapeaux también sobresalen los elaborados con carne de cordero, tanto salames como chorizos secos y longaniza. «No usamos su grasa pero sí un buen tocinos de cerdo para acompañarlo. Realmente el resultado ha sido muy bueno. Y otra cosa es novedosa es todo la salumería con frutss secas: salame con avellanas, con nueces, nueces de pecán y almendras». También cuenta con una lína de horneados con lomito, solomillo, butifarra, panceta y pastrón.
Chapeaux comercializa vía Instagram por encargo, a demanda. Son productos boutique elaborados con insumos de altísima calidad y «con muchísmo amor y dedicación».
La Yapa
Héctor Monzón es licenciado y Turismo y propietario de una agencia de viajes. Parte de su tiempo libre enla irrupción del COVID fue invertido en formación. Se inició en la producción charcutera para el autoconsumo o muy pequeña escala de distribución, entre familia y amigos. Hasta que uno de ellos lo impulsó a agrandar el esquema, a profesionalizarlo. Así nació La Yapa.
«Comercializamos todos los productos por Instagram y Facebook. En la pandemia hacíamos reparto ante las limitaciones de circulación, algo que continuamos los viernes y sábados aunque también contamos con la opción de retiro. Nuestro fuerte son los ahumados y los chorizos, tanto frescos como salchicha parrillera», explicó.
«La particularidad que tienen es que usamos bondiola cerdo para hacerlos. Productos de primera calidad, frescos. Se entregan envasados al vacío y la parte de chorizos y salchichas, además, se frizan. Se preparan en la semana, tomamos pedidos de lunes a jueves, viernes o sábado entregamos, Además hace un tiempo agregamos los beneficios de Cuenta DNI son reintegros del treinta, treinta y cinco por ciento».
Monzón en paralelo retomó su actividad en la agencia. La Yapa, en el transcurrir de su camino, se convirtió en proveedor de varios comercios, en particular con el pastrón y algún que otro insumo parrillero. «Si bien nuestro objetivo fue siempre el consumidor final, la experiencia de incorporar negocios y lugares gastronómicos es muy importante, estamos abiertos a más posiblidades, desde luego», agregó.
En La Yapa, además de chorizos, salchichas y pastrón, podrás encontrar jamón ahumado, jamón cocido y panceta. Como para chuparse los dedos.