El Mortero, tradición y excelencia panadera

El Mortero, tradición y excelencia panadera

Cada 17 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Panadería, una oportunidad para valorar el oficio, el aroma a pan recién horneado y la historia que guardan estos comercios de barrio. En La Plata, El
Mortero ocupa un lugar especial en la memoria colectiva: con 65 años de historia, sigue siendo un ícono
de tradición y buen pan.

Alfredo Miró compró la panadería en 1960. Ubicada en 64 N°322 entre 1 y 2, en pleno barrio Mondongo, mantiene intacto su horno de ladrillo —uno de los pocos que quedan en la ciudad— y las recetas originales que fueron pasando de generación en generación. “Hace 65 años mi papá compró esta panadería. Se vinieron a vivir mis padres y mi hermana más grande (Marisa) desde Avellaneda a La Plata. Se mudaron para empezar desde cero. Acá nacimos Rosana y nosotros dos, que somos mellizos (Francisco y Pablo). Toda nuestra vida transcurrió acá”, cuentan los
hermanos varones, que son quienes están hoy al mando del negocio familiar.


La casa y la panadería convivían en un mismo lote: local al frente, vivienda chorizo en el medio y la cuadra de panificación con su horno de ladrillo de seis metros de diámetro al fondo. Con el paso del tiempo, y tras el retiro de Alfredo, sus hijos ampliaron las instalaciones y sumaron nuevos espacios de trabajo, pero siempre conservando la esencia.

Hoy, Francisco Miró es quien madruga más: llega cada día a la 1 de la mañana, seguido por el personal de cuadra que comienza a las 2:30. A esa hora se elaboran las primeras piezas de pan para que todo esté listo cuando el local abre a las 7.

Luego continúan con pizzas, empanadas, tartas, postres y otras delicias que caracterizan a El Mortero.
“Fuimos aprendiendo el oficio desde chicos. Cuando todos se iban a bailar, nosotros estábamos acá ayudando a mi papá. Si faltaba alguien, cubríamos su puesto. Esta es nuestra vida”, recuerda Pablo, quien además conoció allí a Roxana, su esposa desde hace 35 años, con quien tiene dos hijos, Luciano y Ramiro. Al más chico, se lo puede ver
a diario del otro lado del mostrador, en la atención al público. El Mortero es una panadería de barrio, con clientela fiel que se transmite de generación en generación. “Tenemos a los vecinos de siempre y a los nietos de los primeros clientes, que siguen viniendo desde distintos puntos de la ciudad a buscar pan, facturas, postres o nuestro famoso pan dulce, que hacemos todo el año”, explica Pablo.

En las vitrinas de El Mortero conviven los panes clásicos —mignon, flauta, fugaza— con propuestas más
actuales: pan negro, con semillas, andino, sin sal, de salvado, de centeno y las tradicionales galletas marineras. “Nos caracterizamos por ofrecer buen pan y mucha variedad. Y todo lo hacemos con harinas de molinos
de La Plata y recetas originales”, señalan.

Además, para fechas patrias como el 25 de Mayo o el 9 de Julio, preparan locro y empanadas, y en cualquier momento del año es posible disfrutar su pan dulce chato, cargado de frutas y frutos secos. El equipo de trabajo también mantiene ese aire de familia y continuidad: desde Cacho, panadero de toda la vida, hasta el resto del personal histórico que acompaña el proyecto.

A 65 años de su apertura, El Mortero sigue siendo un referente de calidad, calidez y tradición en La Plata. Un espacio donde el oficio panadero sigue vigente, se respeta el producto artesanal y se celebra, cada día, el ritual de compartir buen pan.
+ Info
64 N°322 e/ 1 y 2, La Plata
IG: @panaderia.elmortero
Martes a domingos de 7 a 21 hs