Ume elabora una clásica pastelería nipona artesanal por Instagram. Ofrece dorayakis (panquequitos de varios rellenos), anko (dulce de poroto azuki), botamochi (esferas de arroz glutinado con anko) y cheesecake de matcha, entre otros productos. Toma pedidos durante la semana y reparte los sábados en el casco. También podés retirarlos puerta a puerta. Te contamos su historia.
Ana Paula Fujikawa, por parte de padre, es primera generación nacida en el país, y segunda por parte de madre. Se crío en zona de quintas, en Arana, durante la infancia. «En casa, que era en el medio de campo, se comía lo que había. Mis primeros contactos con la comida japonesa fueron durante visitas de parientes, por ejemplo», asegura.
Con el transcurrir del tiempo, esos sabores e ingredientes le fueron dando forma a un proyecto que tenía como destinatarios a amigos y familiares, «no desde la idea de un negocio, más que nada siempre me decían que empiece a vender, que estaba buenísimo…y bueno, al final es como una manera linda de introducir a la gente a todo lo que es la cultura japonesa a través de algo que sea fácil de acceder o también que no sea tan exclusivo«, agrega.
Así nació Ume, una flor de duraznero japonés, «menos populares que los sakura, pero creo que son mucho más lindas; florecen más o menos en la época de mi cumpleaños y tienen 5 pétalos que, considero, es un número de la suerte». Luego le sumó el «Bakery» debido a la aceptación de los preparados dulces, a pesar que al comienzo la intención era abarcar comida nipona en general…aunque aún la joven cocinera no lo descarta como opción.
Tal vez una de las estrellas de Ume son los dorayakis, «producto de la sinergia de las cocinas portuguesas y japonesas». El clásico es el relleno de dulce de poroto azuki, también el de dulce de leche, «que es mi favoritos porque nunca podía conseguir anko y cuando lo aprendí a hacer ya me había acostumbrado a ponerles dulce de leche».
Los de nutella, son de los más solicitados, «con muy buen contraste de sabores entre todo lo untuoso y potente del relleno con la con la masa suavecita del dorayaki. Tengo rellenos con mermeladas de estación, que por lo general son artesanales, y en esta temporada estamos usando bastante durazno y próximamente las frutillas. Preparo de crema pastelera casera que salen muy bien también».
Otro dulce típico es el botamochi, que es una opciones vegana y sin tacc, porque no contiene ningún tipo de harina. «Es una bola de arroz glutinoso cubierta con el anko, digamos que no es guau de apetitoso pero es uno de esos dulces que en cualquier familia japonesa siempre había una abuela o bachan que nos hacía eso. Es más para apelar a la nostalgia de la comunidad, digamos, y para que además gente que no conoce la cultura pueda tener una aproximación a algo tan tradicional».
El yokan de azuki se presenta de a «bloquecitos estilo dulce de batata pero muchos más tiernos y con gelatina vegetal, por lo tanto también son sin gluten y veganos».
Para el Día de la Madre, Ana Paula salió al ruedo con un box degustación con un agregado muy solicitado, como el cheesecake de matcha, una masa suave, esponjosa, húmeda y delicado sabor.