El movimiento Antigourmet eligió al Centro Cultural Re de Quilmes para abrir la primera de sus embajadas: espacios diseñados para que la comunidad anti gourmet crezca, celebre y se fortalezca. Luego de años de llevar a CABA al extremo por el amor por el bodegón, el Anti se fue para Zona Sur.
“Tenemos un 20% de seguidores en esta zona. Nos cansamos de escucharlos quejarse por Palermo Rúcula, ¡ahora los quilmeños ya tienen su propio espacio!”, dice Matías Pierrad, uno de sus fundadores.
¿Por qué una embajada? Porque el Anti tiene un sueño: crear una Red Federal de puntos de encuentro, una embajada en cada provincia que celebre y apoye el bodegón de verdad, el de porciones abundantes y sabor sin filtro. La del Club Re es la primera, y lo que sigue promete ser enorme.
«Queremos 23 embajadas en el país. Que cada provincia tenga su base para reunir a los fanáticos del bodegón, apoyar locales, hacer eventos y darle lugar a espectáculos culturales. Los Antigourmet buscan así potenciar su proyecto de manera federal y generar un impacto cultural genuino», comenta Matías. Empezaron por Quilmes y la apuesta va en serio: el Club Re, un espacio con capacidad para shows de 500 personas, que permite co producir eventos con identidad.
Desde el Club Re, Nicolás Pandelli, dueño y orgulloso anfitrión de esta primera embajada, comparte la emoción: «El Anti hizo algo único por la cultura del bodegón, y que ahora abra aquí, en Quilmes, es un honor. Va a revitalizar nuestro club, estamos encantados de recibir a una comunidad que defiende nuestras costumbres».
Matías cuenta que, a largo plazo, el plan es claro: recorrer el país a bordo de un colectivo pintado de amarillo, “El Bondiola”, llevando el amor por el bodegón a cada ruta y cada mesa.
Esta embajada es solo el primer paso en la misión de Antigourmet de transformar la gastronomía argentina desde el corazón de cada rincón del país.