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El Club de Cerveza y Capurro´s, a más de un año y medio de caminar juntos en plena pandemia, se relanzaron a toda orquesta en una casona centenaria del barrio Meridiano V (70 entre 18 y casi 19), con una fórmula infalible, sin artificios, chiches ni caños para la tribuna: buena birra artesanal platense, una novedosa (¿única?) fugazzetta rellena con melodía de arrabal que arranca suspiros y llena panzas, ambientación, música de un verdadero bar y precios populares, muy amigables al bolsillo de la dama y el caballero. 
El trabajo de mudanza fue arduo. La casa, propiedad de la familia de Gonzalo Martínez Villar -frontman de Capurro´s-, tiene fuertes lazos históricos con al cultura ferroviaria. Las reformas incluyeron, por ejemplo, la reutilización de tablas de pinotea de un sobretecho para el armado de una reluciente barra principal. Sillones, mesas, barras, vereda, una máquina vintage expendedora de cigarrillos, cuadros, pósters, fotos y cartelería con clara inspiración estética en «Never Mind the Bollocks» de los Pistols junto a la música en volumen apto charla y una iluminación redonda construyen la escena completa. 
«Esta casa se comunicaba con la de al lado por una puerta en el fondo. Era de mis bisabuelos que vinieron a la ciudad hace más de 100 años por el ferrocarril y casi todas de la cuadra eran de los parientes. Luego vivió mi abuelo muchos años. Fue muy loco encontrar fotos de mis viejos y de la fachada original en blanco y negro (ver arriba), postales de Mar del Plata de hace 50 años, una pinturas, objetos antiguos en perfecto estado de conservación. Le metimos garra para que pueda apreciarse y disfrutarlo como lo hacemos hoy en día», explicó Martínez Villar. 
Por su parte, Alejandro Pololla, creador del Club de la Cerveza, señaló que «el cambio es muy grande, antes el lugar (NdR: se encontraba en 18 entre 70 y 71) era más de paso que otra cosa, ahora es un bar. Se sumó Ezequiel (Rulli) al equipo y le puso bocha de laburo y cabeza, desde el armado de la barra, arreglos de todo tipo hasta la decoración. La casa está tremenda, manejamos precios accesibles como siempre. Venís acá y por 500 o 550 mangos te tomás una pinta con un corte de muzza o fugazzetta rellena que son un cuarto de pizza. La pinta está 200, el litro para llevar 400 y la recarga de envases 380″.
Las fugazzettas son las figuras de la cancha. La masa base de medio kilo más la tapa de 200 gramos, sumado a los 700 gramos de quesos (cuartirolo, muzzarella y parmesano) y los 200 de cebollas maceradas hablan por sí mismas, haciendo del corte la medida ideal por cabeza. Vienen rellenas de roquefort, cantimpalo y especial con jamón sin cebolla a 350 pesos (1400 entra). La muzzarella al corte, a su vez, vale 300.
Ya van dos semanas del relanzamiento. El Club y Capurro´s volvieron a todo trapo y ya se convirtieron en una cita ineludible para pasar un buen rato en el barrio Meridiano V. ¡Unite al club!
