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El establecimiento fruti-hortícola orgánico de Bavio abre sus puertas a los visitantes para conocer su huerta, cosechar y aprender sobre cada uno de los productos que cultivan. Una experiencia que comienza a las 14 hs con una charla y el recorrido y culmina a las 18, con una mateada con cosas ricas. ¡Imperdible paseo de fin de semana!
La cita es este sábado en las 10 hectáreas en donde Favio Sorgi y Analía Garayo llevan adelante su emprendimiento familiar: una huerta orgánica que produce variedad de vegetales y frutas con lo que proveen a varios cocineros de la ciudad y también llevan casa por casa a quienes hacen sus pedidos vía whatsapp o redes sociales. De hecho, las reservas para las visitas se realizan enviando un mensaje al 221 488-2754.
NUESTRA VISITA
Tuco fue el mes pasado a la primera recorrida del año. Llegamos a las 14 y minutitos, luego de 40 minutos de viaje desde el centro platense. Tranqui: una vez hecha la reserva los dueños de casa te mandan la ubicación y es muy fácil de llegar. Si el día acompaña, vas disfrutando del hermoso cielo de la ruta 11 y mateando. ¡Reservate también el mate para el final del paseo!
Cuando llegamos, estaba toda la familia Sorgi esperándonos. Sus hijas prácticamente se han criado entre los invernaderos y las plantas de kiwi, así que se suman al recorrido junto a Juan, Walter y otros trabajadores de la tierra del lugar, que es un vergel de productos riquísimos: desde alcacuciles platenses hasta espárragos; frutillas; zucchinis y originales tomates azules, brócolis violetas y zanahorias multicolores.
Luego de una breve introducción de Favio, que cuenta cómo, con tanta dedicación, llevan adelante el emprendimiento actual y planean y prueban otros productos –ahora están probando “hacer” papas- nos fuimos adentrando, canasta en mano, hacia los cultivos.
Santa Rosa lleva el nombre de la abuela de Favio, una inmigrante italiana que como tal, siempre ha hecho huerta. Los almácigos, los plantines, la cosecha, están en los genes. esta nueva generación ha reinventado las formas: con la vuelta a un cultivo agroecológico, sin pesticidas. El establecimiento está a un pasito de obtener la certificación orgánica de sus productos. Todo cuestión de papeles, porque todo lo que lleves a tu mesa desde esta huerta de Bavio está libre de químicos que afecten tu salud.
La recorrida arranca y nos tentamos con las frutillas que están radiantes; nos metemos entre los alcuaciles, altísimos y vemos con sorpresa las plantas de espárragos: que son como arbustitos y los frutos salen como tallos, de debajo de la tierra. Cosechamos algunos. También hay una cama de hongos gigante; algo en lo que están innovando Favio y su gente. Y pasamos por debajo de los “parrales” que forman las plantas de kiwi, que se extienden por buena parte del terreno. No es tiempo de kiwi; vienen recién en marzo. Es época de polinización de las flores, que cuenta Walter que se hace a mano, hasta 5 veces por planta. Detrás de cada kiwi hay un trabajo de horas, entre esa tarea y también la de eliminar brotes y frutos de algunos estambres en los que hay muchos, para así conseguir un fruto más grande… y más rico. Originariamente ese campo estaba íntegramente dedicado al kiwi y fueron Favio y AnalÍa quienes comenzaron a sumar otros productos.
Después de la recorrida –en donde también vimos cómo vienen creciendo las plantas de melones y pequeñas sandías y los zapallos- y tras llenar nuestras canastas con de todo, volvimos a la casa, a disfrutar de la mateada. Los dueños de casa ofrecieron muchas cosas ricas, como pastelitos y mini churros, mientras charlábamos con los otros visitantes sobre esta experiencia, maravillados todos, sobre este contacto con la naturaleza y con los productos, que desde esa porción de tierra, llegan a nuestras mesas.
+ Info:
Para participar de la visita o para comprar los productos, comunicarse con whastapp al 221 488-2754.
