por Llevar una alimentación saludable es un hábito fundamental para mantener un buen estado de salud, tanto física, mental como social.
En la actualidad hay una gran oferta y acceso a aquellos alimentos que no tienen una buena calidad nutricional, con un elevado contenido de grasas, sal y azúcares. Estos alimentos reemplazaron el consumo de alimentos naturales como las frutas, verduras, granos integrales y legumbres, que tienen múltiples beneficios para la salud.
Esta modificación de los patrones alimentos es un factor de riesgo para los problemas en la salud.
Cuando llevamos a cabo una alimentación saludable, estamos aportando los nutrientes esenciales y la energía que nuestro organismo utiliza. A continuación, te comparto cinco consejos para llevar una alimentación sana:
1. Consumir todos los días por lo menos cinco porciones de frutas y verduras: porque constituyen un grupo de alimentos fuente de vitaminas, minerales y antioxidantes muy importantes para nuestro cuerpo. Incorporarlas a diario ayudan a prevenir enfermedades. Y contienen fibra, que nos aporta saciedad, ayuda a mantener un adecuado funcionamiento gastrointestinal, mantienen o mejoran los niveles de colesterol y azúcar en sangre.
Siempre es importante lavarlas y sanitizarlas de manera adecuada.
2. Reducir el uso de sal y disminuir el consumo de alimentos con alto contenido de sodio: en Argentina consumimos 3 veces más la cantidad de sal recomendada por día. En parte por el agregado de sal a nuestros platos cuando cocinamos y cuando comemos, por eso es fundamental reducir su uso y reemplazar por condimentos, y evitar tener el salero en la mesa.
Otra fuente de sodio además de la sal son los alimentos ultra procesados tales como las galletitas, snacks, enlatados, fiambres y embutidos, por eso es fundamental disminuir su consumo. De esta manera contribuimos a mantener una adecuada presión arterial y disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
3. Tomar a diario agua, idealmente 2 litros por día: estar bien hidratados es fundamental para un adecuado funcionamiento de nuestro organismo. Se recomiendan 2 litros por día, es decir alrededor de 8 vasos que pueden estar distribuidos en diferentes momentos, acompañando las comidas y durante y después de la realización de actividad física.
4. Utilizar aceites como condimento, frutos secos y/o semillas: este grupo de alimentos contienen ácidos grasos esenciales, que se denominan de esa manera porque nuestro cuerpo los obtiene únicamente de los alimentos, por eso es fundamental su consumo. Elegir los aceites en crudo como condimento, para evitar perder sus nutrientes, los frutos secos y las semillas a diario favorecen a disminuir los niveles de colesterol malo del organismo y, de esta manera, actuar como factores preventivos contra las enfermedades cardiovasculares.
5. Controlar el consumo de alimentos ultra procesados y de alcohol: la incorporación diaria de estos productos no ayuda a mejorar la calidad de la alimentación porque aportan baja o nula cantidad de nutrientes beneficiosos para nuestro organismo como las vitaminas, minerales y fibra, y altas cantidades de grasas de mala calidad, azúcar y sal, que se asocian a la malnutrición.
No hablamos de eliminarlos completamente, pero si de un control en su cantidad y frecuencia, ya que este tipo de alimentos también forman parte de nuestro estilo de vida en relación principalmente a lo social, juntarse con amigos, pareja o familia y compartir alimentos tales como una pizza, una porción de torta, un helado, es una tradición que se disfruta. Pero es fundamental reconocer que no son la mejor opción para elegirlos a diario en nuestra alimentación.
