por 10 barmaids que preparan cócteles en bares y restaurantes de nuestra ciudad nos cuentan su experiencia. Un mundo que era hasta hace poco “cosa de hombres” hoy cuenta con marcada presencia femenina. Jóvenes que se capacitan, aprenden cada día y están orgullosas de tener un trabajo en el que disfrutan y hacen disfrutar a quienes quieren tomar un rico trago. ¿Las conocemos?
Maira Taís Salgueiro
Con 25 años, trabaja actualmente en Negroni en City Bell. Su experiencia como bartender comenzó hace ocho meses, mientras terminaba el curso de Coctelería en CABA, trabajando en distintos bares y boliches conocidos de la ciudad de La Plata, en los que asegura: “aprendí mucho”.
“A pesar de que cada lugar que uno conoce tiene lo suyo, estar detrás de la barra en un restaurante, me parece una de las mejores opciones, ya que el ritmo para realizar cócteles es más cómodo, más detallista, se disfruta más y se interactúa mejor con los clientes. Encontrarme delante de un gran frente de barra me hace sentir muy cómoda, y seguir aprendiendo cada día de mis compañeros, es una gran oportunidad. Tengo muchas ganas de seguir creciendo y aprendiendo en el mundo de la coctelería”, asegura Maira.
Julieta Grassi
“Empecé a los 18 años en Bye Henry en La Plata. Casi un año después, en simultáneo, empecé a hacer eventos de barras móviles también en la ciudad hasta que en 2018 comencé a trabajar en Ginger Hall. Ahí pude conocer un poco más la coctelería clásica y entender que eso era lo que me gustaba. Trabajar con profesionales como Nico Erazun o Gon Cabado me llenó de conocimiento y a su vez me abrió muchas puertas. Tiempo después, volví a las barras móviles en la empresa RF en Buenos Aires, donde también tuve la suerte de rodearme de grandes profesionales y seguir aprendiendo mucho más. A fines de 2019 llegué a Gran Galpón en City Bell, volviendo al estilo que más me gusta: la coctelería clásica”.
“Desde que llegó la pandemia, sólo me encuentro haciendo eventos o colaboraciones con distintas marcas o bartenders”, cuenta Julieta.
Ariadna Pallero
Trabaja en Mango, el resto-bar de calle 10 y 49. “En mi experiencia, el trabajar en una barra es algo que te hace entrar en mundo de gente con mucha buena onda, conectar con los clientes y aprender un montón sobre lo que es la coctelería, sobre tus gustos y sobre los demás; tuve y tengo la suerte de compartir mi espacio de trabajo con colegas que me enseñan día a día muchas cosas y estoy súper contenta de poder formar parte de un equipo así”, asegura Ariadna.
Mica Silva
Actualmente está en la barra de John Doe Baxar.
“Empecé a trabajar en barra en el bar Tom and Craft Beer. Fue mi primer acercamiento a la coctelería . Hice un curso en el IGA ese mismo año y retomé con la barra de John Doe. Hace poco volví de hacer temporada en Pinamar y Cariló, donde estuve de jefa de barra de tres locales: Divisadero, Tante Pinamar y Merlin. Fue una excelente experiencia. Me reincorporé al equipo hace unas semanas.
Camila Carnicios
“Empecé trabajando en Yerar Bosque, en Pehuajó, durante una temporada de verano, donde tuve el placer de conocer esta profesión. Desde que vivo en La Plata, trabajé en Mango (10 y 49) y en Negroni de City Bell. Ambos lugares me permitieron aprender en profundidad sobre la alta coctelería, el trabajo en equipo y sobre el trabajo eficaz detrás de una barra. A ellos les debo todo lo que aprendí”, dice Cami.
“En mi experiencia como mujer bartender, me gustaría remarcar que es un ámbito laboral que se deconstruye día a día. Si bien las diferencias son mínimas entre géneros, me gustaría incentivar a que más mujeres participen de este trabajo que podemos desarrollar de manera exitosa atendiendo a clientes de una sociedad que últimamente siente curiosidad por saber qué tomar, encontrar nuevos sabores y con qué acompañar sus platos”.
Rocío Fernández
Actualmente está haciendo eventos. “Mi experiencia al principio fue difícil, más que nada en mi primer trabajo que los dueños del bar no querían mujeres en la barra y terminé siendo cajera bastante tiempo. Después logré encontrar otros espacios y ahí definitivamente me terminé de enamorar de la coctelería. Tuve la suerte de trabajar siempre con personas hermosas que me enseñaron muchísimo, y con las que nunca faltó la diversión y los buenos momentos”, cuenta Rocío.
Lara Tomatti
Con 21 años, esta joven platense empezó a trabajar en el bar Amsterdam en 2020. “Si bien entré como personal de salón, siempre me apasionó la coctelería, y al estar tan cerca de las botellas decidí hacer el curso de bartender profesional. Hoy en día sigo formándome (nunca se deja de hacerlo). Estoy haciendo la carrera de barmanager y hace unas semanas me nombraron jefa de barra”, se entusiasma Lara.
“Siempre pensando en mejorar un poco más la calidad de los cócteles del bar y tratando de brindar una linda experiencia para nuestros clientes. Si bien vivo bastante el presente, me gustaría recorrer el mundo y vivir la coctelería de cada país. Estoy enamorada de esta profesión, me hace feliz y también hace feliz a los demás, eso es lo más lindo”, finaliza.
Antonella Romero
“Actualmente estoy trabajando en la bella barra de Gran Galpón, en City Bell, donde todo el equipo es un gran apoyo para mí, que estoy recién iniciándome en el mundo de la coctelería. Allí también me brindan siempre nuevos conocimientos para poder ofrecer siempre un mejor servicio. Hermosa barra que me abrió las puertas hace 4 meses; donde me siento muy cómoda y contenta de ser parte de este grupo siempre con la mejor onda, elaborando cócteles clásicos y de autor exquisitos. Tenemos una carta de tragos de autor basada en las estaciones de trenes más emblemáticas de nuestro país, transmitiendo sabores y aromas de diferentes provincias, y obviamente siempre intentando que el cliente se sienta cómodo, conforme y que se lleve una buena experiencia de disfrutar unos ricos tragos”.
Sol Blanco
Tiene 20 años y está trabajando en la barra de Amsterdam. “Esta es una profesión en la que estoy en constante aprendizaje y me apasiona”, asegura.
“Durante mi experiencia trabajando he tenido que aceptar que hay veces que los clientes prefieren un hombre detrás de la barra y no a una mujer. Sin conocerme, han preferido dirigirse a mis compañeros hombres antes que a mí, sin que yo les pueda demostrar que puedo brindar el mismo o un mejor servicio. Pero hoy por hoy sé cuán capaz soy y no me frena nada. Actualmente estoy muy contenta en donde trabajo, el compañerismo detrás de la barra es excelente, un lugar hermoso para seguir experimentando y aprendiendo”, dice Sol.
Melisa Smeriglio
“Mi curiosidad por la coctelería comenzó cuando todavía estaba cursando los últimos años del colegio, pero no dejé de considerarla como tal hasta que, a fines de 2020, vi en Instagram una publicidad del CIC. El CIC es una escuela de coctelería en donde, más allá de enseñar la profesión, tienen cursos de barista, habanos y hasta working flair”, cuenta.
“Estando cansada de cursar en la facultad, decidí darle una oportunidad a la carrera de barmanager, en el CIC. Y ahí fue cuando empezó todo: era ir todos los sábados y volver a mi casa llena de información nueva, ansiosa por probar cada cosa que me habían enseñado, y a partir de las cuales, yo empezaba a tener mis ideas. Tuve mi primer trabajo en barra en una cervecería, Schalke. Aprendí un montón de cosas, aprovechando tanto las prácticas en el CIC, como en la cervecería. Después de unos largos 9 meses, rendí los exámenes de la carrera y hoy en día puedo decir que soy Barmanager”, dice, feliz, Mel.
“Actualmente estoy trabajando en John Doe, un hermoso hidden bar ubicado en 7 y 56, en La Plata. El equipo de trabajo es excelente, tanto fuera como dentro de la barra. Pero lo que más rescato del bar es que me representa un aprendizaje constante, porque, como la coctelería es un ambiente muy amplio, implica que cada uno tenga formas y puntos de vista distintos sobre ciertos aspectos. Hoy puedo aprender de mis compañeros, y mañana ellos de mí”.
