por Todas, o casi todas las etiquetas, nos cuenta qué es lo que vamos a tomar. Al menos en el dorso, están presentes la cepa o las, claro en caso que sea un blend. Pero siempre hay una excepción a la regla y se puede decir que es una sabrosa excepción.
El Alma Negra es quizás el más conocido en esta modalidad. Un vino de la línea Catena Zapata que te invita a naufragar por su alma oscura y sorprenderte con los sabores. Solamente el enólogo conoce las cantidades y variedades de uvas usadas en un blend que modifica año a año y nunca pierde la armonía ni la untuosidad. Una belleza de vino que va bien con todo, desde pescado a carnes muy condimentadas, como unas empanadas norteñas cortada a cuchilla.
El Espía Gran Final, con la firma de Edu Vidal, es otro de los pocos vinos que no dan detalles, ni de la añada ni de la cepa y busca que te conviertas en el espía que lo pueda descifrar. Lindo vino, sabroso y volátil. Un inicio especiado y con toques a cuero para darle lugar a la fruta madura.
Podés pasar por la vinoteca El Viejo Bodegón (19 y 60) y elegir tu botella.
En Instagram: @vinotecaelviejobodegon
