Concreto: un wine bar con toda la onda

Tomar vino de una manera descontracturada. Probar distintas etiquetas, conocer un poco sobre bodegas y terruños, pero mientras te comés un sándwich, una picada, una pizza o una tortilla. Con una carta de bodegón y sus vinos de frapera, “Concreto” llegó para ponerle un poco de onda al ritual de disfrutar de unas copas de malbec, un rosado o un chardonnay. O lo que quieras.

El flamante wine bar de la ciudad está en el barrio de Plaza Yrigoyen, más exactamente en 58 entre 18 y 19, asomándose al circuito gastronómico que se armó sobre avenida 19, donde predominan las cervecerías, pero también encontramos sushi, pizza… ¡y ahora vino!

Cuatro amigos – Santiago, Fausto, Lautaro y Franco – empezaron a interiorizarse en el mundo del vino e hicieron un par de viajes para conocer bodegas. En Mendoza decidieron comenzar a armar un proyecto propio, con su identidad joven, para crear un lugar donde tomar buenos vinos. Así vio la luz “Concreto”, un wine bar con una estética súper cool, que tiene veredita y pronto contará con terraza. En la barra, siempre hay una frapera con los recomendados del día, que se pueden pedir por copa.

En cuanto a los vinos, para cenar también se pueden pedir por botella –están cuidadosamente refrigerados como corresponden- y podés hacer take away de la estantería en las que se lucen decenas de etiquetas.

La carta de platos es también muy variada: la panera ya es una carta de presentación, porque viene con unos repollitos de Bruselas o unas berenjenas. Y para elegir, hay de todo: desde una tabla de quesos con frutos secos, una tabla de fiambres, pizzas (clásica, cuatro quesos o la de Concreto, con mortadela con pistachos y pesto) y sándwiches (de pastrón, veggie, hamburguesa, de cerdo). También hay interesantes opciones de tapeos, que incluyen tortillas o buñuelos de acelga, bruschettas de queso azul, jamón crudo o mortadela, entre otras opciones. Para después de comer, hay postrecitos en shot y café. Los que prefieren no tomar vino, también tienen tragos.