por No hay duda que el alfajor es la golosina preferida de los argentinos. Si bien no es un producto que haya nacido en nuestro país (llegó desde España, donde antes había sido llevada por los árabes elaborado originalmente a base de frutos secos y miel), fue aquí donde estas dos tapas con dulce de leche de relleno casi obligado, encontró su lugar de pertenencia.
En Ensenada, la familia Giovanniello creó una marca de alfajores premium pensando en la identidad regional. «Desde hace mucho venía pensando en crear un producto que identifique a la ciudad» cuenta Lucio Giovannello, de profesión diseñador y bombero. «Vengo de una familia de gastronómicos y quería hacer un producto con materia prima de calidad de la nuestra zona».
Más allá de la puesta en marcha de la fábrica, el proceso de creación de la marca demoró el lanzamiento del producto. «Estuve mucho tiempo buscando nombre y una identidad visual para mis alfajores. Y cuando me sugirieron poner mi apellido, sentí una mochila muy grande porque uno cuando inicia un emprendimiento piensa en los fracasos más que en los elogios», cuenta Lucio. «La marca, el nombre y me rehusaba a usarlo porque era mi apellido, nuestro apellido».
La historia de este emprendimiento familiar (y el nombre) tiene algo muy particular. Lucio y Sabrina son primos lejanos y comparten el mismo apellido. Conforman un matrimonio y tienen un hijo, Gino. «Esta historia fue la que terminó afianzando el nombre de la marca. Somos Gionanniello Giovanniello», enfatiza. Camila y Luna, hijas de un primer matrimonio de Lucio, completan el grupo familiar.
Desde hace 3 años, los Giovanniello trabajan a sol y a sombra para el desarrollo de la marca. «Empezamos con un local muy chiquito», recuerda Lucio. «Yo trabajaba de bombero y cuando terminaba mi turno pasaba por la fábrica y me los llevaba alfajores a mi casa para envolverlos. No quería perderme el contacto de hogar con mi familia. A la mañana siguiente, los devolvía envueltos a la fábrica». El emprendimiento fue creciendo y con la ayuda de la familia y de amigos que se fueron sumando al proyecto «lo convertimos en una pequeña empresa familiar. De 30 docenas de alfajores, llegamos a producir 40 mil alfajores mensuales», dice Lucio y agrega: «gastamos 10 mil kilos de dulce de leche semanales».
Hoy Giovanniello fabrica 9 clases de alfajores: los clásicos blanco y negro, alfajor Mousse Black (mousse de chocolate), Fruta (con membrillo), Maicena, y algunos distintivos de la marca: Maicena bañados en chocolate, Limón y yogur tropical, y para la temporada de verano los de Maracuyá. También ofrecen una linea de alfajores mini, dulce de leche, y una reciente incorporación: barritas de cereal.
«La idea es que llegue el producto a todas las casa, por eso ofrecemos a buenos precios», dice Lucio. «Valoramos que quienes deseen llevar para su familia o amigos, puedan brindarles un producto de calidad y de sabor delicioso». Cuando le preguntamos qué es lo que hace de diferente su producto, Giovanniello confiesa que el packaging es lo que lo hace especial. Porque además de la utilización de materia prima de calidad, «apostamos a la presentación, que es la primera imagen del producto».
«Estamos tratando de comprar maquinarias importadas para producir más y ampliar los puntos de distribución», dice el creador de la marca. En La Plata, Berisso y Ensenada tenemos distribución propia a más de 300 locales. También en toda la provincia de Buenos Aires. «Y además estamos en 8 provincias, cubriendo los puntos más turísticos, y cada vez se nos abre más el panorama». Este año, los Giovannielli lograron llevar sus alfajores a 4 países europeos, Brasil, Uruguay y a Chile. Peor la pandemia frenó el proceso. «Aspiramos a que todo el mundo conozca un producto de Ensenada».
Si querés probar estos deliciosos alfajores ensenadenses, podes pedir los tuyos por Whatsapp 221 654 3177 y te lo llevan a tu casa (zona La Plata, Berisso y Ensenada)
En IG: @alfajoresgiovanniello
