Diego Rossi: el maestro heladero (de la familia Pérsico) que creó Artesian

El ADN de maestro heladero lo lleva en la sangre. Su tío Pablo Aversa fue uno de los fundadores de Freddo, allá por 1969, una heladería que en los años noventa se expandió y a fines de esa década fue vendida a The Exxel Group por una cifra millonaria. Pero quien sentó bases en la elaboración de helados fue el padre de Pablo, Luigi Aversa, quien vino de Italia en los años ’30 y abrió un almacén en La Plata llamado Pérsico, que con el tiempo devino en la venta sólo de helados de fabricación propia.

Y como manda la tradición italiana, que en las micro empresas participan los miembros de la familia, Diego Rossi tomó contacto desde muy chico con la heladería. «Fui pasando por todos las áreas, desde estar detrás del mostrador, repartir, en la fábrica, hasta que llegué a ser maestro heladero de Pérsicco (con dos C), en su nueva etapa siglo XXI, fundada por mi primo hermano Federico Aversa». Pero esta marca, también fue a manos de grupo financiero y el negocio familiar terminó por quebrarse por completo.

Cómo surgió Artesian

Más allá de los cambios en la dirección de Freddo y Persicco, Diego Rossi continuó en forma sostenida trabajando para ambas marcas. Primero en una, luego en otra. Al mismo tiempo, se formaba como profesional gastronómico. «Estudié pastelería en el IAG de la mano de Osvaldo Gross, de quien aprendí muchísimo y con quien entablé un muy buen vínculo. También el maestro heladero de Freddo, René, fue gran inspiración», cuenta el maestro heladero durante nuestra visita a la fábrica.

Las ganas de volver a tener un negocio familiar siempre estuvieron intactas, hasta que en plena pandemia se animó a dar ese gran salto: tener su propia heladería a base de esfuerzo pero con un recurso con el que pocos pueden contar, los secretos para elaborar el mejor helado artesanal con ingredientes reales y materia prima de calidad.

«Desde hace muchos años venía pensando en este proyecto, con decirte que registré la marca Artesian en 2014» cuenta Rossi, nombre que surgió casi de casualidad: «estaba viniendo de viaje con la familia y en un aeropuerto aburrido me pongo a leer la etiqueta del agua Fiji, ahí encontré la palabra «artesian», que es el lugar más puro de donde proviene el agua. Me gustó, le gustó a mi familia y cuando llegué lo registré. El nombre puede ser un juego de palabras, relacionado con lo artesanal, aunque tiene un significado más profundo». Pasaron varios años hasta que el maestro heladero se decidió a dejar su puesto en Persicco para volcar todo su profesionalismo en su propia heladería.

Así es como en 2021 Diego quiso volver a las fuentes y poner en valor lo estrictamente artesanal. Acondicionó un galpón de la casa de sus padres (en un terreno lindero a su hogar) en Villa Castells y montó su propia fábrica de helados 100% artesanal. Desde allí, comenzaron a salir las más ricas cremas heladas. Un emprendimiento donde todos los miembros de la familia participan: «Mi esposa Pilar es quien suele hacer los repartos, y quien a veces me ayuda con los proveedores; mis hijos  (Vicente, Inés y Mercedes) estudian pero además me ayudan con los pedidos y las redes sociales», cuenta Rossi. Sin duda, la familia como motor de este proyecto hermoso en el que también acompaña el maestro heladero Diego Miño, quien dejó Freddo para sumarse al equipo Artesian.

 

Una de las máximas de Artesian es respetar la materia prima. Rossi aborrece las pastas y los conservantes. «Los helados de fruta están elaborados con fruta natural que yo mismo elijo, el pistacho lo importa de Italia, el chocolate utilizo el mejor del mercado (Chocolates Fenix), y el brownie que lleva el Dulce de Leche lo horneo en casa, y el día que tenga que hacer sabor Rhodesia, lo hago yo».

Cada mañana Diego y Daniel se disponen a elaborar «4 o 5 gustos y vamos de los blancos a los oscuros», explica. «Los helados que llevan huevo, los elaboramos otro día; lo mismo hacemos con los que llevan cookies (Chocotorta, Tramontana, Capuccino, Cookies..) porque salvo estos cuatro gustos, el resto de sabores son helados SIN TACC». Así es elaboran helados con pasión y con respeto por el producto; con un cuidadoso trato de las materias primas durante cada proceso y en la preservación del producto hasta que llega al consumidor.

En Artesian se elaboran 36 sabores, y algunos estacionales. “El de mandarina sólo lo encontrás en julio porque la hacemos con la criolla: el de melón y sandía en diciembre y enero”, dice Rossi. Entre los sabores más pedidos están los chocolates (Chocolate amargo 100% cacao; Chocolate con almendras) y el Dulce de leche con brownies caseros y sin tacc).

Entre los originales está el Capuccino del Corso Buenos Aires (base de café con beteado con salsa chocolate y trocitos de galletitas crocantes); la Crema Artesian (crema americana con dulce de leche natural y frutillas naturales cocidas a fuego lento); Coco Loco (helado de coco con dulce de leche natural); y el Nocciolate (helado de crema de avellanas al chocolate con avellanas tostadas). El maestro heladero sugiere probar el Sambayón, a base de yema y crema de leche, con el mejor vino marsala.

Por el momento, Artesian sólo cuenta con delivery y take away. Podés enviar un Whatsapp a 221 420 3506 entre las 10 y las 21.30 y coordinas la entrega. Por estos días, Rossi sueña con encontrar un local. Pero lo importante es que con este nuevo proyecto familiar, Rossi puede vivo el legado de una generación de heladeros.

 

En Instagram: @artesian.helados

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