por Nuestros primeros destinos en Francia fueron al sur, en la región de Occitania, pasamos por Toulouse, Carcassonne, Montpellier, Palavas-les-flots y Perpignan. A la sensación de haber saltado a lo desconocido, para comenzar a vivir en un país de que ni siquiera sabíamos su idioma, se le sumaban muchos detalles, rutinas distintas y súper interesantes que ya queríamos vivenciar.
La gastronomía no escapó a estas curiosidades en esta región en particular, que se caracteriza por
ser casera y popular hecha con los productos que tiene históricamente a su alcance. Si tuviéramos que destacar algunos de sus platos típicos serían:
– Saucisse de Toulouse: una famosa salchicha de Toulouse, hecha con carne picada de cerdo mezclada con agua, azúcar, sal y pimienta.
– Cassoulet: uno de los platos más populares y tradicionales, que consiste en un estofado de carne (nosotros probamos de ganso y pato) acompañado de la salchicha de Toulouse y porotos o judías blancas.
– Foie Gras: una especie de pasta de hígado de pato, con una consistencia compacta, brillante, de color rosáceo. Luego de probarlo nos enteramos cómo se producía (alimentación forzada del pato a través de sonda), lo que hizo que nos baste con haberlo probado una sola vez.
– Confit de Canard: consiste en macerar la carne de pato en sal después de haber sido cocida lentamente.
– Fenetra: un pastel hecho a base de almendras, limón y damascos.
– Brazos de Gitano: una masa genovesa cubierta de una mermelada o crema y luego enrollada, bañado con azúcar glas, chocolate, glaseado, quemada, merengue. Muy similar a lo que nosotros conocemos como pionono.
– Rousquilles: una galleta típica catalana, en forma de anillo, suave y desmenuzable, cubierta con una generosa capa de azúcar (glaseado) un tanto merengada.
– Boules Chocolat: unas bolas de malvavisco muy esponjosas, bañadas con una fina capa de chocolate. Muy vendidas y fáciles de conseguir en los mercados de Navidad.
– Calisson: un dulce tradicional, que consiste en una pasta suave de color amarillo pálido, con aromas a frutas (en especial a melones y naranjas) y almendras molidas recubiertas de una capa de caramelo blanco.
Luego, seguimos viaje por la región contigua, llamada Provence Alpes Costa Azul, donde nos instalamos para trabajar en nuestra primera temporada de verano y vivimos unos hermosos 5 meses. Durante este tiempo, aprovechábamos los días libres para hacer escapadas por la zona y cuando quisimos acordar, nos habíamos conocido y comido la famosa Costa Azul, casi en su totalidad!
Paseamos por Marseille, Nice, Villefranche Sur Mer, Cavaillon, Gordes, Rousillon, Cassis, Cannes, Grasse y Ezé.
Lo primero que podemos decir es que la gastronomía de Provenza tiene una gran base Mediterránea, es fresca, sencilla y natural, donde se destacan productos como una gran variedad de frutas y verduras, aceitunas, sal, aceites, los quesos de cabra, alioli, el pescado. Hay una gran presencia de la lavanda, las hierbas de Provenza y los helados.
Entre los platos típicos que no pudimos dejar de probar podemos detallar:
– Bouillabaisse: original de Marseille, es una sopa de pescado que se prepara desde la antigüedad, cuando los pescadores cocinaban todo lo que no vendían. Se encuentra en todos los restaurantes y hasta en frascos, listos para cocinar en las góndolas de los supermercados.
–Ensalada Niçoise: tiene verduras regionales como tomates, pimientos, cebolla, pepino, apio, huevos, atún y aceite de oliva. Es muy rica y fresca! En los mercados podes encontrar el sándwich niçoise que básicamente tiene todos estos ingredientes entre dos panes y está buenísimo!
– Ratatoullie: un plato con pimientos, tomates, zapallo, berenjenas, ajo y aceite de oliva, que pueden ser cocidos juntos o de manera separada, servido caliente o frío. Si bien se conoce y come en todo Francia, su origen se descubre en Niza.
– Anchoïade: un puré de anchoas, alcaparras, ajo y aceite de oliva que se puede poner en tostadas o comer con bastones de distintas verduras crudas. Que increíble con una buena copa de vino blanco!
– Tomate Burrata: con los colores de la bandera italiana, se presenta esta ensalada de tomates, coronada con una bola de mozzarella burrata. Combina la textura mantecosa del queso burrata con tomates, aceite de oliva y unas hojas frescas de albahaca.
– Tapenade: una salsa hecha a base de aceitunas verdes o negras, anchoas, alcaparras y ajo que se pone sobre tostadas.
– Tarta Tropézienne: un postre originario de Saint-Tropez, hecho con un delicioso brioche, rellena de crema pastelera. Se hizo famosa en 1955 durante el rodaje de la película “Et Dieu…créa la femme”, cuando fue servido al equipo de rodaje, y dicen que fue Brigitte Bardot, quien decidió llamar a este postre “la tarta de Saint- Tropez”.
– Socca: un panqueque muy grande y delgado hecho de harina de garbanzos. Tradicionalmente cocinado en una placa redonda de cobre en un horno de leña, tendría su origen en Italia antes de ser introducido en Niza.
– Fougassettes à la fleur d’oranger: originales de Grasse, la capital del perfume, donde nos encontramos con tan sólo una esquina “Venturini”, que las elaboraba y menos mal que entramos a probarlas! Un pan aireado, dulce con un sutil sabor a naranja que te deja con ganas de llevarte unas cuantas para el mate.
– Pissaladière: se considera la pizza de Liguria, adoptada por Niza, está hecha con
una masa similar al pan, ya que tiene aceite de oliva en su composición, pero
tradicionalmente no incluye tomates.
– Helado de Lavanda: los degustamos en distintas oportunidades y el que más nos gustó fue en Niza. También hay otros gustos particulares como flor de naranja, jazmín y otras flores.
Imagínense que esta fue una selección de lo que devoramos en el sur francés, contemplando sólo dos regiones del país… ¿saben todo lo que nos queda por descubrir?!.
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